A raíz de la entrada donde explicaba la experiencia de la educadora - tatuadora, se ha abierto un debate que creemos que merece la pena ser analizado y que se remonta a los orígenes de la disciplina. Brevemente, expondré las diferentes línias de opinión que han surgido en los comentarios:
Por un lado, existen profesionales (entre los que me incluyo) que defienden la necesidad que el educador social aborde temas como la educación emocional, la afectivo-sexual, potencie las habilidades sociales... siempre desde una perspectiva educativa y ya sea desde un entorno formal o informal. Otros compañeros/as, en cambio, opinan que los contenidos a trabajar deben estar más vinculados a la cultura, con el fin último de facilitar la promoción social del individuo. En este sentido, el educador/a social tendría como objetivo abrir espacios donde encontrar estos vínculos dejando los contenidos citados a los psicólogos.
Otra línia iría en defensa de los contenidos (educación emocional, afectivo-sexual...) excepto en las habilidades sociales, entendiendo que éstas son el resultado de procesos de aprendizaje y crecimiento personal pero nunca entendidos como contenidos formales de un programa.
¡Ya vemos que el debate es complejo ya que ahonda en las bases mismas de la disciplina!
Esperamos vuestras aportaciones y agradezco desde aquí las diferentes aportaciones hechas.