En la jornada de educadores sociales de ámbito penitenciario nos vino a hacer una conferencia Pere Soler, profesor y tutor del grado de Educación Social en la Universitat de Girona.
Des del principio supo ponerse al auditorio en el bolsillo con su cercanía pero sobre todo con su discurso. Enunciados sencillos, claros, contundentes... y motivadores.
En los últimos tiempos, con los recortes económicos y de personal, los sucesivos cambios en las direcciones de los centros, la movilidad de profesionales y los cambios de normativas, la desmotivación había recalado mucho en nosotros. En muchos casos nos sentíamos como piezas de un ajedrez, con poca o nula capacidad de decisión y teniendo la sensación que nuestro trabajo cotidiano no repercutía en nada o simplemente desarrollábamos tareas puramente administrativas.
Pues bien, a través de frases cotidianas que los propios educadores reproducimos, fue desmontando aquellas ideas preconcebidas para insuflarnos motivación, autoestima, valor por nuestro trabajo... recordando la importancia de nuestro rol y el motivo por el cual nos hicimos educadores.
No fue un discurso grandilocuente, ni le hizo falta una canción pegadiza ni unas imágenes en powerpoint para impactarnos. Sólo él con unos papeles en la mano y mucha convicción en lo que decía.
Al final de su intervención, fueron varios los profesionales los que quisieron agradecerle, públicamente, sus palabras, a la vez que salíamos de allí con la certeza que nuestro trabajo sirve, es útil y tenemos mucho que decir... aunque muchos se esfuercen por evitarlo.
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