Post elaborado por Kaotot Blackriver (nick), educador social de 29 años, postgrado en comunicación - expresión, estudiante de arteterapia. Adora la creatividad y la danza libre. Cree en el potencial humano y lo demuestra trabajando como dinamizador de un casal de gente mayor y como agente de salud en www.stopsida.org
Me escribe @Seraxx en tal día como 01-02-2012 para ver si quiero hacer un artículo para su blog. Y me emociono... ¿Una educadora de los pies a la cabeza con amplia experiencia me pide a mí -que terminé la diplomatura en 2007- un artículo sobre educación social? Y más en este momento híbrido en que me queda un año para terminar arteterapia. En que no sé si "soy" jilguero, canario, geranio o palillo.
Manos a la obra. ¿Que puedo decir sobre la educación social sin repetirme? Acompañar, facilitar los recursos culturales existentes, la creación de un vínculo, la buena distancia, los límites, crear el marco. Escuchar. Habilidades sociales (todavía no sé qué son), trabajo en equipo (quién diga que es fácil miente), formación permanente...Estos y muchos más ingredientes aparecen en el día a día del/a educador/a social. Hay algo que aparece en el blog Educació social des dels inicis en boca de Violeta Núñez y que (me) resulta difícil de gestionar: la institución pide control, registros, objetivos claros y resultados inmediatos invocando a la eficiencia. El/la educador/a trabaja para la institución y con la persona. Detecta las posibilidades en el terreno de lo formal y lo informal, manteniéndose presente. Yo diría que convocando un deseo de la persona y grupo (de personas) que acompaña. Todo esto sin recetas.
¿Es posible explicar a la institución que algunos de sus mecanismos generan lo contrario que el proyecto institucional se ha planteado? ¿Puede el/la educadorx transgredir "la norma"? Mi tentación con respecto a la segunda pregunta sería si. Pero reflexionando diría algo que no sé si me hace ser realista o conformista: la institución tiene mecanismos reguladores que impiden que uno de sus "habitantes" puedan "transgredir". Entonces pasamos al segundo término importante: el tiempo (los tiempos). Iniciar cambios en la institución para mejorar el acompañamiento y empoderar a las personas requiere de tiempo, paciencia y tolerancia a la frustración. El que quiera metas claras, objetivos definidos y estancos, cuestionarios cuantitativos y seguridad puede ubicarse en otra formación.
En educación social, sin ser terreno de ambigüedad, se construye cada vez algo nuevo, con cada persona y profesional. Esa es quizá la magia que hace que no podamos responder pasivos con el "todo vale" si no con un saber que requiere de actualización constante y mucha mucha presencia y capacidad de gestión emocional.