30 marzo 2009

EL/LA EDUCADOR/A SOCIAL EN UN CENTRO PENITENCIARIO

Extracto del artículo publicado en Sicotema

[...] No es fácil definir las funciones concretas de un profesional como el educador en la franja de edad adulta. [...] Prisiones no suele ser de los destinos más demandados. ¿Y por qué no? Los medios de comunicación no ayudan a que este hecho cambie. Sobre todo las series americanas en que los reclusos llevan sucios uniformes de rayas, hablan groseramente y el cuerpo se encuentra cubierto de tatuajes; los centros penitenciarios son edificios viejos, insalubres, alejados de cualquier civilización y son el destino ideal para la peor escoria de la sociedad. Pero la realidad difiere bastante de este perfil, como mínimo en las prisiones de Catalunya, región de España que actualmente goza de decisión propia en lo referente a los centros penitenciarios que acoge. [...]

Y es con esta población que trabaja el/la educador/a social. ¿Con qué objetivos? Principalmente la de dotar de herramientas para que el regreso a la sociedad del interno/a sea lo más exitoso posible. [...] Así, existen ciertos programas de tratamiento para delitos contra las personas [...], en delitos contra la propiedad [...] se valora si detrás se encuentran problemas relacionados con las drogas (entre el 70% y el 80% de los casos así se determina); de ser así, se valora la derivación a una ubicación dentro del centro donde abordar y tratar la problemática toxicológica juntamente con un/a psicólogo/a, un/a trabajador/a social y un/a jurista – criminólogo/a. Aquí la función del educador/a profundiza en aspectos como los que se detallan a continuación:

* Dinámica de la toxicomanía: entender los elementos imprescindibles para que se produzca una dependencia [...]
* Conciencia emocional: darse cuenta de las emociones presentes antes, durante y después de los consumos para detectar futuras recaídas. [...]
* Empatía hacia las víctimas: ya sean las directamente relacionadas con los delitos [...] como la propia familia del/la interno/a que sufre las consecuencias de los actos de aquél. [...]
* Habilidades de comunicación [...]
* Responsabilidad: [...] Huir del victimismo y la autoexculpación suele ser de los aspectos más complejos de trabajar y conseguir.
* Inserción laboral: mostrarles los servicios que se encuentran a su disposición una vez salgan de prisión así como trabajar aquellas habilidades necesarias para encontrar y mantener un puesto de trabajo. [...]

Aquellos individuos que no pueden someterse a este tratamiento intensivo [...] se trabajan habilidades más generales como son las interpersonales o de relación, la ocupación positiva del tiempo de ocio (alejados de la delincuencia y mundos marginales), la proyección en el futuro [...] y la potenciación de valores pro sociales que les ayuden dentro y fuera del centro [...]. Cabe destacar aquí que en nuestra zona, el índice de inmigración es elevado, conviviendo en un mismo centro penitenciario más de 40 nacionalidades distintas, con las dificultades que eso conlleva [...]

El/la educador/a tutoriza un total aproximado de entre 50 y 70 internos/as de los cuales se preocupa de cómo emplean el tiempo dentro del centro, qué actividades son las más acertadas para cada uno de ellos/as [...] y canalizar aquellas demandas e inquietudes de cada uno/a de ellos/as. [...]

Si dijéramos que el trabajo del educador social es sencillo mentiríamos. Somos personas trabajando con personas y eso conlleva muchas dificultades añadidas: partimos de unos prejuicios, de un determinado bagaje cultural, de un entorno concreto... potenciar al otro y trabajar CON el otro sin que nuestros condicionamientos influyan es sumamente difícil (por no decir imposible). Aún así, y después de años trabajando en este entorno, cada día aprendes algo, cada día te sorprende con algo nuevo y no hay mejor recompensa que volver a ver a aquellos que tutorizaste en su día y te saluden con un “gracias a usted y todo lo que me enseñó, he rehecho mi vida y los años pasados en prisión son como una angustiosa pesadilla que he dejado atrás”.