09 enero 2011

Y llegaron las oposiciones...

Es un hecho conocido que cuando hay cambio de gobierno, los trabajadores públicos estamos a la espera de posibles variaciones en nuestro día a día... Esos cambios raramente se materializan pero el miedo a que se produzcan y sean de envergadura, planea sobre nosotros durante un tiempo.

Uno de los aspectos que puede verse afectado es la convocatoria de oposiciones. En el ámbito penitenciario, área de tratamiento, vamos cojos en el tema. Algunos colectivos, como el de educadores sociales, aún no hemos tenido ninguna y nos llevan prometiendo unas des del lejano 2003.

Pero, ¿qué sucede cuándo finalmente el engranaje se pone en marcha y anuncian de manera informal que la tierra prometida se acerca? Empiezan los rumores de todo tipo, se especula con la cantidad de compañeros que cogerán la baja para poder estudiar, la gente se pone nerviosa, los grupos de estudio empiezan las clases con más miedo que convicción, las fotocopias de los temarios se pueden ver en algunas mesas...

Algunos/as compañeros/as son más prácticos y deciden ser cautelosos. Se empiezan a mirar los contenidos sin apenas nombrar el tema esperando que finalmente el engranaje escupa fechas y plazos. Los que llevamos tiempo esperando no sabemos a lo que atenernos, con ese temor a que el famoso cuento de "Pedro y el Lobo" se haga realidad.

Mientras unos rezan para que la convocatoria se materialice y podamos optar a una plaza, otros ponen velas a todos los santos para que finalmente el gobierno decida retrasar la oposición. Cada uno mira por sus intereses y sería difícil aunar éstos en un mismo propósito.

Así que aquí estamos, unos esperando el "sí" y otros esperando el "más adelante quizás". Sea como sea, los nervios y la tensión seguirán planando sobre nuestras cabezas hasta que los responsables digan: "Esta es nuestra decisión". Que Dios nos pille confesados...